Como parte de su estrategia de innovación y expansión, Noly incorpora a su catálogo el primer ítem importado de Brasil: el pan de ajo de Zinho.
La compañía familiar, con 49 años de trayectoria y tres generaciones involucradas, se define por los valores de sus trabajadores y por la excelencia de sus productos. Posicionados dentro de la gama de marcas de alimentos de primera línea, Noly continúa creciendo con una visión a largo plazo que implica la apuesta por avanzar con inversiones y expansión de su catálogo.
En esta línea, el acuerdo con Zinho abre puertas al futuro. La empresa brasileña posee más del 60% del mercado en su país, lo que la hace una de las líderes en la industria, y encontraron en Noly la asociación perfecta para exportar por primera vez a Argentina.
Zinho, al igual que Noly, cuenta con un compromiso con la excelencia que se refleja en sus altos estándares de calidad. Cada etapa de producción es cuidadosamente controlada, desde la selección de los ingredientes hasta el momento en que el pan de ajo llega a las mesas internacionales, asegurando una experiencia única en cada bocado. Cree en que la distancia no debe ser una barrera para quienes buscan lo mejor en sabor y tradición. Por eso, su experiencia en logística asegura que los productos lleguen a los destinos más lejanos, manteniendo la calidad y frescura que han convertido a Zinho en un referente. Además, utilizan tecnología avanzada para monitorear y mantener la temperatura ideal durante todo el trayecto. Esto garantiza que, incluso en diferentes climas, sus productos crucen fronteras tan frescos como salen de la fábrica.
Así, con una trayectoria centrada en la elaboración propia de panificados y en el desarrollo de marcas tercerizadas para varias empresas, este lanzamiento marca un cambio de rumbo para Noly, ya que durante 41 años se dedicaron pura y exclusivamente a comercializar productos de elaboración propia. Pero el furor que supone el pan de ajo en Brasil los animó a dar el salto.
Este producto innovador y accesible, que llega al país de la mano de Noly, se presenta como una baguette precortada rellena con queso y ajo. Se comercializa refrigerado y en dos versiones: tradicional —pan liviano y crocante, relleno con la mezcla justa de ajo, perejil y muzzarella—y picante —mantiene la base de la receta original, pero con un toque de picante que potencia el sabor—. Puede calentarse en horno eléctrico o a gas, airfryer o parrilla. Con este producto, Noly explora nuevos hábitos y alternativas de consumo ampliando situaciones que se dan con alta frecuencia en el público local, como reuniones con asado, picadas o picoteo en snack.
De cara al futuro
Fundada por Luis Mariani como una empresa familiar en 1976 dedicada exclusivamente a la distribución de productos panificados, Noly siempre miró hacia adelante. En 1984, con el objetivo de ampliar sus fronteras, inauguraron en Caseros la primera planta productora de tapas de empanadas. Con el paso del tiempo y esa filosofía de evolución y futuro, la infraestructura fue creciendo y ampliando sus instalaciones para construir una nueva planta dedicada exclusivamente a la elaboración de la línea de bollería, pan de molde, pan dulce y otras especialidades que hoy vuelven a esta empresa, una de las empresas líderes en su segmento.
Siguiendo esta visión, Noly proyecta una etapa de crecimiento centrada en la diversificación de productos, una mayor presencia territorial, una visión estratégica puesta en el consumidor y la adaptación de la propuesta a las nuevas formas de consumo.
Noly opera con plantas separadas en Ciudadela, y actualmente están ampliando la planta destinada a la línea de bollería para panchos y hamburguesas, ya que de cara a los próximos años, el proyecto es construir un parque industrial. Así, con una historia sostenida por la producción familiar y una mirada que se adapta a los nuevos hábitos de consumo, esta empresa no para de crecer, con la incorporación de productos innovadores, la expansión territorial y la apuesta por una estructura más profesional que refleja su compromiso con el futuro.