Este año Esquel promete una larga temporada de nieve para que no te pierdas esta oportunidad inolvidable. Cada invierno, los corazones expectantes de los amantes de la nieve y la aventura se agitan con la apertura del Centro de Actividades de Montaña La Hoya, ubicado a tan solo 12 kilómetros de la encantadora ciudad de la provincia de Chubut.
Desde sus inicios, La Hoya se ha destacado por ofrecer una experiencia única en el corazón de la Patagonia Argentina. Rodeado de imponentes bosques de lengas y con vistas panorámicas que quitan el aliento, este centro de esquí se posiciona como uno de los destinos más apreciados del continente por su nieve seca y en polvo.
Cada rincón de La Hoya cuenta una historia diferente: niños riendo mientras se deslizan en trineos, familias disfrutando de caminatas con raquetas de nieve, parejas capturando la majestuosidad de la cordillera desde la aerosilla, y grupos de amigos compartiendo momentos especiales en puntos panorámicos con chocolate caliente, tortas regionales y cerveza artesanal.
Bautismos de Nieve: la puerta de entrada al esquí
Uno de los aspectos más destacados de La Hoya es su compromiso con el aprendizaje. Los “Bautismos de Nieve” son el programa estrella para principiantes, diseñado para introducir a todos, jóvenes y adultos, en el emocionante mundo del esquí y el snowboard. Con equipos de última generación y el apoyo de instructores especializados, incluso para quienes se inician en la actividad que pueden sentir la emoción de deslizarse sobre la suave nieve de La Hoya.
En el corazón del centro, la escuela oficial ofrece un ambiente acogedor para dar los primeros pasos en el deporte invernal, mientras que los más pequeños disfrutan en la guardería bajo la atenta mirada de personal especializado. El Bautismo incluye el pase, equipos, y clase para principiantes desde $89.500, para que no haya excusas.
Para aquellos que buscan emociones más intensas, La Hoya ofrece 30 pistas que incluyen desde suaves paseos hasta desafiantes descensos fuera de pista. Con ocho medios de elevación que llevan a los visitantes a diferentes niveles de la montaña, cada uno equipado con paradores y miradores panorámicos, La Hoya es un lugar donde todos pueden encontrar su espacio. Desde familias que buscan pistas suaves hasta aventureros extremos que desean desafiar la naturaleza en terrenos empinados e inmaculados. Siempre hay algo para cada uno en este rincón único de la Patagonia.
La temporada 2024 ya comenzó. Desde el pasado viernes 5 de julio La Hoya te espera con la promesa de nieve de la más alta calidad y una infraestructura moderna que incluye ocho medios de elevación, tres paradores gastronómicos y actividades recreativas para complementar la experiencia en la montaña. Para aquellos que planean visitar La Hoya, se recomienda adquirir los pases con anticipación a través de la renovada página web oficial, para evitar las filas y maximizar el tiempo en las pistas.
Además, se recuerda a todos los visitantes a priorizar la seguridad usando casco y ropa adecuada, disponibles para alquiler en la base del cerro. Con su compromiso continuo con la innovación y la experiencia del visitante, Esquel se presenta como el destino ideal para todos aquellos que buscan explorar la magia del invierno en un entorno natural excepcional.
La Trochita, un viaje en el tiempo
En Esquel, la aventura se vive de múltiples maneras. Mientras que el Centro de Actividades de Montaña La Hoya ofrece emocionantes descensos sobre la suave nieve en polvo y vistas impresionantes, una experiencia única aguarda en La Trochita, el legendario tren histórico que ha cautivado a generaciones.
Con más de 100 años de historia, La Trochita no solo es un medio de transporte, sino un viaje en el tiempo. Equipado con las típicas salamandras que emanan confort y calidez, este tren recorre los paisajes patagónicos pintorescos y ofrece una conexión íntima con la historia y la cultura de la región.
Desde la estación en Esquel, los pasajeros pueden embarcarse en un recorrido que atraviesa la vasta estepa patagónica, pasando por parajes pintorescos en plena estepa patagónica. Es una oportunidad para maravillarse con la ingeniería de principios del siglo XX y disfrutar de vistas panorámicas que solo pueden apreciarse desde las ventanas de este icónico tren.
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