El fenómeno conocido como “bleisure travel”, que combina viajes de negocios con tiempo para el ocio, está creciendo a un ritmo acelerado y redefine la experiencia de los viajeros corporativos. Según un reciente informe de Navan, este mercado global alcanzó un valor de 315.3 mil millones de dólares en 2022 y se espera que más que se duplique para 2032, con una tasa anual compuesta del 8.9%.
Este crecimiento se apoya en un cambio notable dentro del entorno corporativo: las empresas adoptan políticas de viaje más flexibles, alentando a sus empleados a extender sus estancias para disfrutar de las ciudades destino más allá de sus responsabilidades laborales. En 2024, más de la mitad de los viajeros de negocios realizaron al menos dos viajes que combinaron trabajo y ocio, con un marcado interés en explorar nuevos entornos y dedicar tiempo a actividades personales.
Un estudio de la American Hotel & Lodging Association revela que cerca del 90% de los viajeros desean incorporar tiempo de ocio en sus viajes de trabajo, y un 76% ya lo ha hecho alguna vez. Estas oportunidades no solo favorecen el bienestar físico y mental del empleado, sino que también se traducen en menores niveles de estrés, mayor felicidad y aumento de la productividad al regresar a sus responsabilidades.
Desde la perspectiva financiera, el bleisure representa un ahorro para el viajero, al cubrir la empresa los costos del pasaje aéreo, debiendo afrontar solo los gastos vinculados al alojamiento y actividades personales durante la extensión de su viaje.

Este nuevo paradigma también se convierte en un atractivo diferencial para las compañías en la competencia por el talento, especialmente entre millennials y la generación Z, para quienes la posibilidad de combinar trabajo y ocio es un beneficio corporativo valorado y un factor clave en la elección de su lugar de trabajo.
Asimismo, el perfil del viajero corporativo está cambiando: hoy no solo los equipos de ventas viajan, sino que áreas como ingeniería, producto y marketing también lo hacen con mayor frecuencia, lo que amplía el alcance del bleisure. En respuesta, la industria del turismo y la hotelería ajusta sus ofertas y programas para adaptarse a las demandas de este segmento híbrido.
Las principales ciudades donde se observa esta tendencia tienden a ser centros de negocios que ofrecen además atractivos culturales y recreativos, favoreciendo la integración entre lo profesional y lo personal.
En definitiva, el bleisure representa una transformación en las políticas y prácticas de viaje corporativo, consolidando una experiencia que promueve un balance real entre trabajo y vida personal, con beneficios para empleados y organizaciones por igual.
