En cuanto a producción de harina de soja, por primera vez en 25 años, el país perdió el liderazgo mundial a manos de Brasil. Por otro lado, el aumento de la producción estadounidense presenta desafíos a la industria argentina. Sin embargo, hay oportunidades destacables para la expansión de la capacidad productiva del país.
En un escenario mundial marcado por el cambio climático y las políticas de transición energética, el panorama económico de diversos países se redefine a medida que se transforman sus fuentes de energía y sus sectores industriales. Estados Unidos, en particular, se destaca por su compromiso con la descarbonización de su matriz energética, lo que tiene un impacto significativo en diversos sectores económicos, incluida la producción de harina de soja.
En este contexto, Argentina -que en 2023, por primera vez en 25 años, perdió el liderazgo mundial de este producto en manos de Brasil- se encuentra ante la oportunidad de expandir su capacidad de producción de harina de soja en un 70%, tomando medidas estratégicas para enfrentar los desafíos presentados por la creciente demanda de Aceite Vegetal Hidrotratado (HVO).
Tal como analiza un informe reciente publicado en el Informativo semanal de la Bolsa de Comercio de Rosario, La política energética de Estados Unidos está marcando el camino en la transición hacia fuentes de energía más sostenibles. La matriz energética estadounidense se aleja del carbón y se centra en alternativas como el Aceite Vegetal Hidrotratado, un combustible renovable obtenido principalmente a partir del aceite de soja. Sin embargo, este cambio en la demanda está generando desafíos para las exportaciones argentinas de harina de soja, ya que parte del aceite que se destinaba a la producción de harina ahora se redirige hacia la producción de HVO.
La demanda creciente de HVO en Estados Unidos está superando la oferta interna de aceite de soja, lo que está llevando al país a aumentar su capacidad de procesamiento de soja para satisfacer esta necesidad.
“En este contexto, se espera que la capacidad instalada aumente un 28 % durante el período 2022-2026”, analiza el documento presentado por la entidad rosarina en la última Conferencia Mundial de Investigación en Soja, celebrada en Viena (Austria) en junio de 2023.
Este aumento de la capacidad podría resultar en una producción de harina de soja que supere las 59 millones de toneladas. Este crecimiento plantea un desafío para Argentina, que históricamente ha sido un líder en la exportación de harina de soja.
A pesar de los desafíos, Argentina tiene oportunidades para aprovechar este escenario cambiante. Una estrategia clave radica en la expansión de su sector ganadero, aprovechando la creciente demanda global de carne. El aumento en la producción de carne podría incrementar el consumo interno de harina de soja, al tiempo que contribuiría a diversificar la canasta exportadora argentina.
Por otra parte, el país podría mirar el ejemplo de Brasil, que ha logrado posicionar la exportación de soja, maíz y carne vacuna al mismo tiempo, maximizando sus ventajas comparativas y competitivas.
Sin embargo, para lograr un crecimiento sostenible en el sector ganadero y en la producción de harina de soja, Argentina debe abordar desafíos internos. Las distorsiones de mercado, las restricciones y derechos de exportación, así como la estabilidad macroeconómica, son elementos clave para garantizar el éxito de esta estrategia.
La eliminación de obstáculos y la adopción de políticas económicas coherentes serán esenciales para aprovechar al máximo las oportunidades que se presentan en el panorama global.
Así, mientras que la creciente demanda de Aceite Vegetal Hidrotratado en Estados Unidos plantea desafíos para las exportaciones de harina de soja de Argentina, el país tiene el potencial de expandir su capacidad productiva y diversificar sus exportaciones.
A través de un enfoque en el desarrollo del sector ganadero, políticas económicas adecuadas y una mayor agregación de valor en sus productos, Argentina podría aprovechar las oportunidades emergentes y asegurar un crecimiento sostenible en medio del cambiante panorama energético global.