Conceptos como Upskilling y Reskilling se han vuelto esenciales para las empresas que buscan mantenerse competitivas, en el vertiginoso avance tecnológico actual.El Upskilling implica mejorar habilidades dentro del mismo rol, mientras que el Reskilling se enfoca en capacitar a los empleados en nuevas competencias para desempeñar otros puestos.
Ambos procesos pueden encontrar resistencia, especialmente cuando se habla de inteligencia artificial (IA), una tecnología que genera entusiasmo en algunos y temor en otros. La empresa Santex diseñó un proceso de aprendizaje estructurado en cuatro etapas, descritas por Celeste Torresi, su Chief Culture Officer:
1° Research teórico: Antes de cualquier acción, analizamos tendencias globales en IA aplicada al trabajo y recopilamos estudios sobre adopción tecnológica.
2° Evaluación anónima de uso y posturas frente a la IA: Implementamos encuestas anónimas para conocer cómo nuestros equipos interactúan con la IA y qué percepción tienen de su impacto.
3° Clasificación de perfiles de empleados: Los resultados nos permiten identificar cuatro grupos dentro de la empresa:
- Heavy users: Son los más avanzados. Utilizan múltiples herramientas, incluso sofisticadas y pagas, que costean por su cuenta.
- Usuarios afines: Han integrado algunas herramientas populares para agilizar su día a día, pero sin profundizar demasiado.
- Indiferentes: No rechazan la IA, pero tampoco la han incorporado de manera significativa.
- Resistenciales: Son quienes creen que la IA no les aporta valor o temen que pueda reemplazarlos, mostrando una fuerte resistencia a su uso.
4° Capacitaciones especializadas para cada grupo: Diseñamos programas de formación adaptados a cada perfil. Los heavy users colaboran en el entrenamiento de otros equipos, los afines reciben herramientas más avanzadas, los indiferentes descubren aplicaciones concretas de la IA en su trabajo diario y los resistenciales participan en sesiones que desmitifican la tecnología y muestran su potencial como complemento, no como amenaza. Se definen las herramientas organizacionales y se institucionaliza el uso de algunas específicas.
Este enfoque no solo permitiría integrar la IA de manera efectiva en nuestros procesos, sino que también refuerza nuestra cultura de aprendizaje continuo. La clave está en invertir en programas sólidos de reskilling y upskilling que no solo preparan a los equipos para los desafíos tecnológicos de hoy, sino que los capacitan para mantenerse a la vanguardia en las habilidades del mañana.