Economía circular y sus vínculos con la logística inversa, una práctica que se posiciona como herramienta clave en las empresas para optimizar sus operaciones comerciales. Compartimos la reflexión de Diego Veiga, Gerente de la División de Logística de Interborders.
La logística inversa se ha consolidado como una estrategia esencial en la economía circular y en las operaciones comerciales modernas, permitiendo a empresas y consumidores gestionar de manera eficiente la devolución, reciclaje y reutilización de productos. En un contexto donde la sostenibilidad y la optimización de costos son prioritarias, Argentina no es la excepción en la adopción de este modelo logístico.
La logística inversa se refiere al proceso de retorno de productos desde el consumidor hasta el fabricante o puntos de recolección para su reutilización, reparación, reciclaje o eliminación adecuada. A diferencia de la logística tradicional, que se enfoca en la distribución desde el productor hasta el consumidor, la inversa cierra el ciclo de vida del producto, reduciendo residuos y promoviendo la eficiencia operativa.
Este modelo es especialmente relevante en sectores como la tecnología, la automoción y la moda, donde la gestión adecuada de residuos y productos devueltos puede marcar la diferencia en términos de rentabilidad y responsabilidad ambiental.
Según la Universidad Europea, “la logística inversa es un elemento clave en la sostenibilidad empresarial, ya que ayuda a reducir la huella de carbono y fomenta un uso más eficiente de los recursos”.
En Argentina, la logística inversa está ganando protagonismo dentro del ecosistema empresarial, especialmente en los sectores minorista, electrónico y de consumo masivo. Grandes empresas y operadores logísticos están implementando estrategias para optimizar los procesos de devolución y reacondicionamiento de productos, mejorando la experiencia del cliente, reduciendo costos y minimizando el impacto ambiental.
La recuperación de productos defectuosos, su reacondicionamiento y posterior reintroducción al mercado representan una oportunidad económica significativa. Un estudio de la Universidad Nacional de Cuyo analizó alternativas de logística inversa y valorización de residuos plásticos, concluyendo que estas prácticas no solo contribuyen a la sostenibilidad ambiental, sino que también son viables económicamente, promoviendo una economía circular en el país.
En el país, varias empresas han comenzado a optimizar su infraestructura para facilitar estos procesos. Un ejemplo es el depósito de Interborders ubicado en Malvinas Argentinas, que opera como un centro estratégico para la recepción, clasificación y redistribución de mercancías, brindando soporte a industrias que buscan soluciones eficientes en logística inversa.
El crecimiento de estos espacios demuestra que la logística inversa no es solo una tendencia, sino una necesidad para mejorar la competitividad de las empresas y contribuir a un modelo de producción más sostenible.
A pesar de su potencial, la logística inversa en Argentina aún enfrenta desafíos, como la falta de infraestructura especializada, la ausencia de regulaciones claras y la necesidad de mayor concientización sobre su importancia. Sin embargo, con el avance de la tecnología, la digitalización de procesos y la implementación de estrategias de economía circular, este modelo tiene el potencial de transformar la industria logística y generar beneficios económicos y ambientales a largo plazo.
La logística inversa se posiciona como un pilar esencial en la evolución del comercio y la sostenibilidad en Argentina. Empresas, consumidores y actores del sector logístico deben continuar apostando por su implementación para aprovechar sus beneficios y contribuir a un modelo económico más responsable.